lunes, 6 de febrero de 2017

Un acto de repudio en celebración martiana en México

Un acto de repudio en celebración martiana en México


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Como cada año el 28 de enero, en el Círculo Cubano de México (CCM), fundado en 1937, se realizó un acto cultural, artístico y patriótico en memoria del natalicio de José Martí.
En esta oportunidad, la celebración contó con un inesperado "sabor cubano actual", que le aportó la agresiva participación de un grupo de vociferantes iracundos, quienes dirigieron desde la entrada insultos y groserías a los asistentes a la velada, así como amenazas de muerte (grabadas) destinadas al numeroso público, compuesto por cubanos y mexicanos de todas las edades, niños incluidos y algunas personas con evidentes limitaciones físicas, que repletó el salón de actos.
Nada importó a la reducida turba con altoparlantes, que bloqueó la puerta procurando impedir el acto, aunque no lo consiguieron. Mientras se desarrollaba la celebración, desde el exterior se escuchaban gritos de "Vamos a exterminarlos a ustedes y a todas sus familias" y otras frases semejantes.

Esta movilización "espontánea" tuvo como antecedente que cuatro días antes, el periodista cubano residente desde hace años en México Ángel Guerra Cabrera (antiguo director en Cuba de publicaciones como el periódico Juventud Rebelde y la revista Bohemia) publicó en el diario La Jornada (conocido irónicamente por muchos aquí como Granma News), donde colabora habitualmente, una nota informativa falsa y mentirosa, asegurando que el citado día estaría y hablaría sobre Martí en el CCM el militar cubanoamericano Félix Ismael Rodríguez Mendigutía, quien participó en la captura de Ernesto "Che" Guevara en Bolivia.
En su nota informativa, titulada "¿En México el asesino del Che?" (La Jornada, 24 de enero de 2017) afirmaba Guerra Cabrera: "Este es el sujeto que llega a México el 27 de enero nada menos que como orador principal de un acto por el aniversario 164 del natalicio de José Martí a celebrarse el 28 de enero a las 20:00 horas en el Círculo 'Cubano', centro de actividad contrarrevolucionaria espléndidamente equipado, en la calle Córdoba 14, colonia Roma Norte".
Aquí incluye un mapa con la ubicación del Círculo, para indicar bien el sitio. Y para terminar su "cordial invitación", agregó: "Es simplemente un insulto a la decencia que, en el corazón de 'Occidente', supuestamente promotor de una cruzada contra el terrorismo, llegue tranquilamente a la capital mexicana, país amado por Martí, este asesino de revolucionarios y demócratas. Su presencia misma mancilla la memoria del Apóstol…"
Evidentemente, más que una nota informativa, se trataba de una clara instigación a la violencia, un calumnioso llamado a la provocación y a la agresión, todos estos delitos tipificados y que castigan las leyes mexicanas.
Utilizar un medio masivo nacional —con una creciente falta de credibilidad como lo corrobora el fallo de la Suprema Corte de Justicia en el sonado caso La Jornada vs. Letras Libres (véase el fallo de la Suprema Corte de Justicia mexicana, del 23 de noviembre de 2011, negando el amparo solicitado por La Jornada contra la sentencia a favor de la revista Letras Libres), para convertirlo en un vehículo del odio y la violencia, es grave. Pero, además, ejecutarlo con aviesa falsedad, es más grave aún. Y está penado.
Un grupúsculo de vociferantes que se identificaron como miembros del Partido Comunista Mexicano (disuelto en 1981) y del Colectivo Híjar (por el marxista mexicano Alberto Híjar Serrano, antiguo profesor universitario, maestro entre otros del subcomandante Marcos —hoy subcomandante Galeano— y de la estudiante involucrada con las guerrillas colombianas Lucía Morett, solicitada por la Interpol), apareció frente al CCM alrededor de la 1:00 pm, y amenazaron con impedir el acto programado. Estuvieron un buen rato gritando y lanzando huevos y otros proyectiles contra la fachada del edificio, y luego se retiraron, pero prometieron volver.
Y lo cumplieron: alrededor de las 7.00 pm se encontraban de nuevo entorpeciendo la entrada al Centro, gritando insultos y vejaciones todavía más ofensivas a quienes se presentaron. No pudieron impedir el acceso de los invitados y tampoco lograron penetrar en el Centro, porque los que estábamos allí se lo impedimos, aunque lo intentaron varias veces.
Como único orador programado en el acto, me correspondió el gran honor de recordar a Martí, en tales circunstancias que hicieron variara el discurso preparado para la ocasión. Había propuesto hablar del Martí menos conocido, a través de varias anécdotas y textos ilustrativos, pero la agresión de la que éramos víctimas me indujo a reconsiderar mi propósito inicial, y adecuarlo a las circunstancias.
Con el "fondo musical" de los gritos provenientes de la calle, amplificados por altavoces y golpes en la puerta, comencé por señalar que ni aún en los peores tiempos de la dominación española Martí debió hablar bajo semejante violencia. En otro momento daré cuenta más amplia de lo que dije entonces.
Pero nunca apareció ese "asesino del Che Guevara" al que estaban esperando los gritones. (Si acaso alguien lo había invitado era a título personal y, no como orador, sino como asistente.) En su defecto, frustrados en su espera, amenazaron y aterraron a mujeres y niños, ancianos y otras personas pacíficas que se habían reunido en un lugar privado y legalmente constituido desde hace 80 años para celebrar en la tierra libre mexicana el recuerdo de José Martí, campeón de la democracia cubana, que algún día regresará a la Isla, para que la República sea, como él exigió, "con todos y para el bien de todos", y no el patrimonio exclusivo de una casta militar represora.

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