sábado, 31 de diciembre de 2016

Familias enteras de venezolanos buscan comida en la basura

Familias enteras de venezolanos buscan comida en la basura


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Venezolanos buscan alimentos en la basura. (AP)
Familias enteras acuden a buscar restos de alimentos en los basureros venezolanos y, muchas veces, pelean con otras personas sin recursos por un desecho comestible o algún material reciclable que se pueda vender, reporta EFE.
Al conversar con algunas de las personas que hurgan en la basura, varios aseguraron que, aunque hay muchos vertederos, no cualquiera es provechoso.
Los "mejores" lugares con "comida buena" son aquellos en los que restaurantes, panaderías y mercados vierten sus desperdicios, y son justamente estos los "territorios" más concurridos y más "peleados" por los necesitados, y también por algunas "bandas" que se aprovechan de la situación.
Los horarios de estos establecimientos son más que conocidos por quienes buscan comida y se atrincheran alrededor para escarbar en cada nueva tanda de desechos.

Los infortunados narraron que ha habido enfrentamientos entre quienes "tienen hambre" cuando los negocios tiran sus desperdicios, y que hay algunos "abusadores" que sacan provecho de la situación y preparan bolsas de "comida" de la basura para venderlas a quienes no lograron conseguir nada.
Una mujer de 26 años que dijo llamarse Brayan, "cuida" autos en el centro de Caracas y vive en "situación de calle" desde hace casi un año, aseguró a EFE que por su "zona" son 45 las personas que están en la misma circunstancia, sin trabajo, muchos con niños y todos sin nada qué comer.
"Yo me la quemo (lucha) aquí todos los días, peleando por una bolsa porque yo sé que viene comida cocida y buena para darle a mis hijos, y nos hemos caído hasta a puñaladas por este punto", dijo la mujer en una esquina llena de la basura de un restaurante.
Brayan es madre de dos niños de ocho y nueve años y declaró que tiene que buscar comida para ellos en la calle ya que, aunque estudió para ser auxiliar de enfermería, no ha conseguido empleo debido a la crisis.
Y aunque tuviera un empleo, dice, pagan poco dinero y no alcanza para subsistir.
"Te pagan unos reales, pero ¿qué haces tú con 20.000 bolívares (alrededor de 30 dólares)? Dos harinas y un kilo de sardina (...) y tú no vas a calarte una cola desde las 2:00 de la mañana hasta las 3:00 de la tarde para que te digan que se acabó la harina", expresó.
El salario mínimo en Venezuela se ubica en 27.092 bolívares, equivalentes a 40 dólares, en una nación con una inflación galopante que en 2015 cerró en 180,9%, con una severa escasez de productos básicos de todo tipo, especialmente alimentos.
En el basurero en el que está Brayan, las personas encuentran jamón, queso, huesos y "cueros" de pollo y, muchas veces, la comida aún conserva el calor de su cocción, por lo que muchos critican que estos locales prefieren botar los alimentos antes que darlos a los necesitados.
Jesús, de 15 años, vive en una localidad en las afueras de la capital venezolana y se traslada a una avenida en el este de la ciudad en busca de comida para llevarle a su mamá y a su hermano de pocos meses.
Este chico estudia segundo año de bachillerato y en las tardes va a esta avenida con sus primos de ocho, nueve y 17 años que están en la misma situación que él.
Mientras hurgan entre los desechos, separan cartones para venderlos al "cartonero", un camión que pasa todos los días a la misma hora por esa vía recolectando material y que paga a 22 bolívares el kilo (unos tres centavos de dólar).
Sin embargo, los jovencitos no han tenido este ingreso las últimas semanas debido a la escasez de dinero físico que afecta al país.
Las batallas de estos muchachos no han sido, hasta ahora, por comida, sino con la policía.
El adolescente contó a EFE que los funcionarios de la policía militar venezolana los han detenido para requisarlos y que, si no tienen dinero, los dejan seguir hurgando en la basura, pero en muchas ocasiones los han despojado de lo que han logrado con las ventas al "cartonero".
Lo mismo dijo Carlos González, un hombre de 27 años que se dedica a la colecta y venta de papel, cartón y plástico de la basura como forma de vida.
González afirmó que la "nacional" (policía estatal) muchas veces le "decomisa" el material o el dinero.
Él vive a las afueras de Caracas y afirma que entre semana prefiere dormir debajo de un puente, ya que ahí puede "cuidar" el "material de trabajo" que recolecta con algunos compañeros todos los días, que es lo que le permite llevar de comer a su hija de seis años y a su esposa.
Cardenal considera 'gravísimo' que Caracas compre armas en la actual situación
Frente a ese panorama, el cardenal Jorge Urosa calificó este viernes de "gravísimo" que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunciara la compra de armas a Rusia y China, informó Notimex.
"Es algo gravísimo, me parece un disparate (…) El Gobierno no tiene por qué estar comprando armas, nosotros no tenemos ningún enemigo externo que quiera invadirnos", subrayó Urusa.
"Lo que tenemos que hacer es resolver los problemas del pueblo, el pueblo está pasando hambre", dijo el cardenal a la radioemisora Unión Radio.
Maduro anunció el miércoles que planea viajar a Rusia y China con el objetivo de comprar armas para equipar a los soldados con armamento moderno.
Urosa llamó también al Gobierno a respetar las atribuciones de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora.
Consideró que es "imprescindible (que la Asamblea Nacional) funcione sin ningún tipo de ataques, sin ningún tipo de violencia, sin ningún tipo de fricciones y eso revelará el talante democrático o no del Gobierno actual".
Asimismo, el cardenal pidió la liberación inmediata de un grupo de presos políticos.
"En el país hay suficientes instrumentos legales para que esas personas puedan estar en libertad; ser juzgados en libertad, de haber cometido algún delito, tal como lo postula el Código Procesal Penal", dijo el prelado.

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