martes, 28 de junio de 2016

'Proveedor de clientes', un negocio que prospera junto a restaurantes y hospedajes privados

'Proveedor de clientes', un negocio que prospera junto a restaurantes y hospedajes privados

Restaurante San Cristobal, donde cenaron los Obama durante su estancia en Cuba. (GETTY)
Junto a los restaurantes y hospedajes privados ha florecido en Cuba otro negocio, el de la búsqueda de clientes a cambio de una "comisión". Se trata de una ocupación "por la izquierda" a la que se están dedicando antiguos "jineteros", guías turísticos en activo y otros "expertos" en tratar con visitantes extranjeros.
No existe regulación que prohíba a los dueños de estos negocios "pagarnos una comisión por llevarles 'yumas'", dice Orlando Jiménez.

No obstante, muchos propietarios de restaurantes y cuentapropistas que se dedican al alquiler de habitaciones prefieren llevar con discreción esta práctica, para no llamar la atención de los inspectores sobre las ganancias que les permiten pagar a sus "proveedores de clientes".
"Yo empecé en el giro vendiendo CD de música cubana en el Callejón de Hamel. Se los ofrecía a los 'jinetas' en 12 dólares porque los yumas pagaban 15, y así se buscaban un extra de tres cañas por cada disco", cuenta Jiménez.
"Ahora me dedico a llevar yumas a casas donde el alquiler cuesta entre 25 y 40 CUC diarios, según la zona. El trato son cinco CUC de comisión por cada día alquilado. También ofrezco el servicio de cambio de moneda. Si el extranjero no quiere hacer las colas de CADECA (Casa de Cambio), eso lleva otra comisión", añade.
Algunos pequeños empresarios utilizan un sistema de tarjetas de presentación firmadas. "Son importantes para el negocio de las comisiones", afirma Leonor, quien alquila habitaciones en La Habana. "De lo contrario, tendría a cualquiera trayéndome extranjeros y hay que tener ojo con la delincuencia".
"Yo tengo mis dos proveedores fijos que tienen mi tarjeta firmada. Si ellos están ocupados en otros menesteres, la prestan a su gente de confianza. A quien no traiga tarjeta con mi firma, no lo recibo", explica Leonor.
"La comisión por alquiler es de cinco CUC diarios, pero si el extranjero me consume desayuno, almuerzo y comida, le pongo dos o tres CUC más a la comisión", detalla.
Existen casas de alquiler conocidas como "mataderos" a las que acuden prostitutas que trabajan "solo para yumas", dice Sonia, dueña de un negocio de ese tipo en las cercanías del Malecón habanero.
La tarifa del alquiler varía entre 10 y 15 CUC la hora y "las muchachas se llevan una comisión de cinco CUC, algo extra por encima de lo que cobran a cada yuma por sus servicios", señala.
Un negocio en el que 'comen todos'
Bares y restaurantes con precios muy alejados del bolsillo de la mayoría de los cubanos también tienen conexiones con "proveedores de clientes".
Sus dueños admiten que, además de esquivar posibles reclamos de los inspectores, la prudencia les permite evitar la "saturación" de propuestas no siempre deseadas. "Las ganancias por comisión son atractivas", argumentan los dueños de un restaurante "de lujo" en La Habana Vieja.
La comisión en sitios como el que poseen puede llegar a ser de entre tres y cinco CUC por cada plato que consuman tanto el cliente extranjero como el proveedor si es invitado.
Si se trata de un plato que no aparece en la carta, como la carne de cocodrilo, la comisión puede ser de hasta 15 CUC. La coctelería y los vinos se gratifican a tres CUC.
Para Saúl Matos, chofer de un coco-taxi, el negocio de las comisiones se ha convertido casi "en un sindicato donde comen todos".
"Hay días flojos en los que apenas hago dos carreras cortas, pero lo compenso con el servicio completo que oferto a los yumas", dice. "Si los convenzo de comer o beber y los llevo a mis puntos, cobro mi comisión. A veces me invitan y cobro más".
"Si me encuentro una carrera intermedia, pero que me coincide con recoger a otros yumas, le paso 'el balón' a otro chofer y este me paga una comisión. Todo esto crea también una 'familiaridad' con el yuma, que al final te deja una propina que se agradece", agrega.
Guías turísticos y choferes que trabajan para agencias estatales, también han creado conexiones con negocios del sector privado.
Para Sandra, guía en el Casco Histórico de La Habana, las comisiones son un negocio "con tranquilidad y sin sustos", pero "es mejor llevarlo en voz baja porque nunca se sabe".
"Los paquetes de turismo ofrecen de forma cerrada los planes de viaje, pero si tienes el encanto y el conocimiento deslizas otras ofertas, sin apenas salirte del recorrido", afirma. Para esto "ayuda que los establecimientos estén promocionados en internet", comenta.
"Si en un mes logras llevar a los restaurantes de tu agenda tres paquetes de entre ocho y 12 extranjeros, saca cuentas a razón de cinco CUC por cada plato que consuman", señala.
"Esas ganancias se comparten con el chofer y el jefe de la turoperadora. La competencia es dura porque mucha gente de la calle tiene experiencia en el trato con extranjeros. Pero nuestra ventaja es que operamos dentro del marco legal y tenemos mejores contactos en toda La Habana y provincias", concluye.

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