jueves, 13 de agosto de 2015

LA MESA ESTA SERVIDA. NOS TOCA LUCHAR SOLOS.

LA MESA ESTA SERVIDA. NOS TOCA LUCHAR SOLOS.

Por: Ariel Clavijo

El exilio militante dentro y fuera de Cuba ha dedicado miles de horas analizando el pro y el contra del restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Los recursos son cuantiosos llevados a dólares por hora en radio, televisión y prensa escrita y no podemos olvidar los Blogs y las páginas Webs. No podemos olvidar los continuos viajes de los disidentes cubanos que visitan varias veces al mes a Miami para ser entrevistados y dar su “valiosa opinión” en cuanto al tema se refiere.

Podemos comenzar por decir que: el gobierno de los Estados Unidos de América tiene su soberano derecho de abrir embajadas en cuantos países quieran ya que las actividades políticas, económicas y sociales requieren de esta modalidad para el desarrollo normal de dichas actividades, sin olvidar otras actividades de índole de inteligencia y contra-inteligencia que son normales entre gobiernos y de esa forma están cerca de cómo se desarrollan cierto tipo de actividades políticas y militares dentro del país donde tienen sus embajadas. Esto le permite a cada país establecer las redes de espionaje que informaran a sus respectivos gobiernos de las actividades del gobierno contrario.
Muchos cubanologos y estrategas políticos consideran que los Estados Unidos de América han traicionado a la oposición interna de Cuba, cosa que considero un absurdo pues hasta donde yo conozca, ningún grupo de cubanos ha sido citado al Pentágono o la Oficina Oval a firmar un tratado de ayuda para el derrocamiento de la tiranía de los Castro.
Tenemos que tener en cuenta que por tradición, los partidos políticos tradicionales de los Estados Unidos, han restablecido relaciones diplomáticas con aquellos países considerados como sus férreos enemigos sin importarles los caídos en combate en las diferentes guerras en las cuales se ha visto envuelto (Recordemos Vietnam como un clásico ejemplo). Esto quiere decir que si los Estados Unidos de América no le duelen sus caídos, mucho menos les va a doler los caídos en una guerra que no ha sido de ellos y me refiero a la lucha emprendida por los cubanos para liberarnos del comunismo implantado por más de medio siglo, lo que se traduce en que cada uno llora a sus muertos a su manera.
Por otra parte, considero que si le damos participación a otros gobiernos en nuestro problema, tal vez nos toque, por gratitud, acceder a ciertas peticiones y otorgar prebendas incoherentes al sistema político que queramos implantar en nuestra amada isla y esto nos traiga problemas mayores a la hora de administrar nuestros recursos y aplicar nuestras leyes y sobre todo con la soberanía de nuestro país, cosa que considero sagrada.
Desde el principio de la lucha contra el Castro-comunismo en Cuba, hemos recibido ayuda desinteresada de gobiernos amigos, incluyendo el de los Estados Unidos de América, pero en esta etapa de la lucha pacífica que se viene desarrollando en Cuba para la liberación, los recursos necesarios para su ejecución no son tan cuantiosos, ya que no sería una inversión en equipos bélicos para desarrollar una guerra abierta contra un enemigo bien armado como lo es la tiranía de los Castro.
No podríamos caer en lo mismo que el tirano Castro, que por re3cibir ayuda de potencias extranjeras se ha visto obligado a entregarla soberanía nacional como pago a las deudas contraídos y lo que menos necesitamos nosotros en un futuro. No podemos pensar en atarnos a una bandera extranjera, tenemos que abrirnos al mundo y esperar la ayuda desinteresada de todos para reconstruir nuestro país, para incorporarnos al sistema financiero mundial, a una economía de mercado, dar paso a las inversiones extranjeras para que nuestra economía crezca rápidamente, alentar el resurgimiento de la pequeña industria para un resurgimiento de la clase media y que nuestra moneda adquiera el valor requerido y ser aceptados nuevamente en el mercado mundial como un país próspero y en vías de desarrollo, donde sus ciudadanos trabajan y producen lo necesario para el rescate de las industrias nacionales, donde los trabajadores sean respetados y representados por sus sindicatos, donde los estudiantes tengan la oportunidad de escoger lo que quieran ser por su vocación, no por sus necesidades materiales y conozcan la realidad de lo que ocurre en el mundo, que sean capaces de desarrollarse políticamente y escoger libremente sus gobernantes, donde los ciudadanos escojan donde vivir, y en qué país desean hacerlo. Donde no existan presos políticos, donde los ciudadanos no sean maltratados, donde la justicia sea impartida por personas capacitadas, donde los poderes Legislativo, Judicial y Ejecutivo se encuentren separados y no influenciados uno por el otro, donde exista la libertad de expresión de pensamiento de asociación, religión y de movimiento, donde cada ciudadano tenga el derecho de votar y escoger su partido político de preferencia, donde tengamos el derecho a la protesta y donde las autoridades vigilen por el cumplimiento de las leyes.

Es tares de todos los cubanos  buscar la forma y manera de unión para luchar contra el que nos oprime, contra el que nos divide, contra el que asesina a su pueblo, es nuestra obligación de no permitir la injerencia en nuestros asuntos. Si no somos capaces de unirnos y solucionar los problemas de nuestra patria, entonces, y solo entonces, la historia nos pasara la cuenta y seguiremos siendo un país de parias.

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