jueves, 25 de septiembre de 2014

i tuviéramos la audacia de los pájaros”

Si tuviéramos la audacia de los pájaros”
                  Escrito por María Teresa Villaverde Trujillo    Martes, 16 de Septiembre de 2014 



                  Cuando el pájaro bate las alas
                                             (Autor desconocido)
Se ha comprobado que cuando el pájaro bate sus alas, produce un movimiento en el aire que ayuda al pájaro que va detrás de él. Volando en "V" la bandada completa aumenta por lo menos un 71% más de su poder que si cada pájaro volara solo.  Las personas que comparten una dirección común y tienen sentido de comunidad pueden llegar a donde deseen más fácil y rápidamente porque van apoyándose mutuamente.
Cada vez que un ganso se sale de la formación siente inmediatamente la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de hacerlo solo y rápidamente regresa a su formación para beneficiarse de poder del compañero que va adelante. Cuando el líder de los gansos se cansa, se pasa a uno de los puestos de atrás y otro ganso toma su lugar. Obtenemos mejores resultados si tomamos turnos haciendo los trabajos difíciles. Los gansos que van atrás graznan para alentar a los que van adelante y mantener la velocidad.
Finalmente, cuando un ganso se enferma o cae herido por un disparo, otros dos gansos se salen de la formación y lo siguen para ayudarlo y protegerlo. Se quedan acompañándolo hasta que está nuevamente en condiciones de volar o hasta que muere, y sólo entonces los dos acompañantes vuelven a su bandada o se unen a otro grupo.

Yo repito constantemente: 
si nosotros los seres humanos tuviéramos la inteligencia de los pájaros 
nos mantendríamos uno al lado del otro, 
apoyándonos siempre y acompañándonos en todo momento

La más bella de todas las aves
(Imagen cortesía de Cuban Heritage Collection)
(Biblioteca Richter, University of Miami)
El Tocororo, ave endémica de Cuba, fue escogido como pájaro nacional de Cuba por los hermosos colores de su plumaje, igual a los colores que forman la bandera cubana: su vientre de un intenso plumarje rojo; plumas blancas en su pecho, y las de color azul de la cabeza que ofrecen un toque de elegancia. Además en su diminuto cuerpo de 10 a 11 pulgadas de tamaño aparecen los tornasoles en negro, gris y muy en especial el color verde que recuerda la campiña cubana.
Es notable por su imposibilidad de vivir en cautiverio lo que refleja el carácter nuestro, siempre amantes de vivir en libertad.
Guatiní, le llamaban los aborígenes de Cuba y solo existe en nuestra isla
Pertenece a la familia de los Trogo-nidae pero su nombre científico es Priotelus temnurus aunque existen dos especies ligeramente distintas: la que vive en el territorio de la isla de Cuba y en los cayos adyacentes, y la que gusta vivir en nuestra Isla de Pinos (hoy Isla de la Juventud)
El Tocororo o Trogon de Cuba, habita en las alturas, sobre todo en las cordilleras montañosas de la provincia oriental pero también ha sido visto en las partes más altas de la Sierra del Escambray, en la provincia de Las Villas, y con cierta menor frecuencia en la Sierra de los Órganos, en la occidental provincia de Pinar del Río. 
Gusta alimentarse de insectos y frutos silvestres, principalmente del aguacatillo, cuyo color verde brillante atrae su atención. Es pacífica, lo que permite acercársele sin el ave huir. Es de escasa movilidad y suele permanecer en reposo por largo tiempo. Prefieren permanece a la sombra.
Como pareja no presenta dimorfismo sexual; pero gusta de volar en pareja aunque solo recorren cortas distancias.
Usualmente anida entre abril y julio y ponen de tres a cuatro huevos de color blanco y se alternan en las tareas de incubar los huevos y alimentar a los recién nacidos, manteniéndolos refugiados en los huecos de los troncos de los árboles.
Es un ave que no puede vivir en cautiverio. Su libertad es vital para sobrevivir.
                                        No se permite la caza o captura del Tocororo.  
La persona que tiene la oportunidad de andar de paso por alguno de esos caminos donde gusta vivir esta ave, preste atención a los huecos de los troncos de los árboles, y trate de escuchar el canto muy particular de esta ave porque precisamente su nombre se deriva del sonido de su canto:
                                          to-co-ro-ro.......  to-co-ro-ro......   to-co-ro-ro
El Colibrí, como un Arco Iris
El colibrí es un ave que gusta vivir en la zona tropical del Hemisferio Occidental.
Es el más pequeño del mundo. Su peso es de dos gramos. 
        Desdeña la fealdad o la dureza y huye de las discordias o de la falta de armonía.
Mueve garbosamente el cuerpo mostrando la belleza de su colorido
ya que en su plumaje aparecen todos los matices del arco iris.
Es el único pájaro que puede volar en cualquier dirección: hacia arriba, hacia abajo, hacia adelante y hasta hacia atrás; y puede quedarse en el mismo sitio aparentando estar inmóvil.
Su forma de volar es parecida a la de un insecto porque se sostiene en un punto exacto del espacio, impresionando como si su cuerpo estuviera suspendido en el vacío lo que puede realizar gracias a la rápida vibración de sus alas y esta rápida vibración provoca, en tanto se alimenta del néctar de las flores, un inigualable ruido tipo susurro, por lo que en Cuba es conocido con el sobrenombre de el "zun zun".
Posee un pico muy largo, estrecho y puntiagudo, guardando en su interior una lengua en forma de trompa el que usa para absorber el néctar.
El nido del "colibrí" tiene el tamaño de una nuez, construido de fibras vegetales y pedazos de musgo. La hembra lo construye sin ayuda del macho, dejándolo descansar usualmente sobre una débil rama. Terminado de formar el nido, la hembra deposita dos huevos, no mayor que el tamaño de un guisante, y los incuba el tiempo que haga falta; después, al nacer los polluelos, los cuida ella sola.
Esta ave, amada por muchos y tan poco conocida por los mismos, ha estado relacionada con mitos y misteriosas leyendas como la que le asocia a la llanura de Nazca en Perú, tallada por antiguos artistas. O la leyenda maya que asegura que el "colibrí" era el sol -quien oculto en un disfraz– cortejaba a la luna.
Una historieta mitológica asegura que El Gran Espíritu creó al "colibrí" de tal manera que fuera ligeramente diferente a las demás especies ovíparas. Así es como debido a sus cualidades mágicas y de belleza y armonía las plumas de colibrí han sido usadas durante milenios en el diseño de amuletos de amor, el sentimiento más puro e intenso de las pasiones.
“El Sinsonte, gran imitador”
El nuestro es conocido como sinsonete tropical.
Famoso por tener la habilidad de imitar otros cantos.
Su nombre originalmente viene del idioma náhuatl: cenzontle, o sea pájaro de las cuatrocientas lenguas; oriundo por supuesto de la América del Norte. "Mimus gilvus" es su nombre científico de una rara especie. Mimus significa imitador, algo que saben hacer muy bien algunas de las docenas de especies de la familia de los sinsonetes.
Su canto, una serie de trinos con ocasionales notas solas, es notable y puede oírse a cualquier hora del día y en cualquier temporada del año. Usualmente cantan mas fuertes en el crepúsculo de la mañana. 
Es considerada la "reina" de las aves cantoras de Cuba,
quizás si por las modulaciones agradables de su gorjeo.,
Mide aproximadamente unos 23 cm de largo, de color gris por encima, con alas y cola más oscuras y algunas manchas de blanco. Su pico negro con una muy ligera inclinación. Sus patas largas. Rara vez bajan a tierra. Es rápido volando y cuando lo hace se detiene abruptamente y levanta sus alas, cortas y redondeadas. Construyen sus nidos con ramitas, hojas secas y raíces, escondidos sobre las ramas de los árboles, aun cerca de las casas. Saben defender su cría, agresivamente, en contra de otros pájaros, de algún animal, o de cualquier intruso.
Puede vivir en las ciudades, en las sabanas y hasta en lugares donde no hallan muchos arboles.
Dicen que el sinsonte del genero Mimus inspiró al científico británico Charles Darwin para desarrollar su teoría moderna de la evolución de las especies, -animales y plantas- a través de la selección natural durante sus expediciones por el Nuevo Continente.  La teoría completa de Darwin se publicó en 1859, titulado: El Origen de las Especies.
"La leyenda de el Sinsonte"
(Autor: Jacinto Echevarria Fuentes)
Cuentan que allá por el lomerío, aquel de muchas palmas reales, trinaba feliz el Sinsonte. Día tras día, le regalaba a todos los habitantes del lugar, bellas melodías que llenaban el corazón de regocijo. Por eso, todos iban alegres a trabajar la tierra. Bueno, todos menos Juan Pascual.  Este guajiro egoísta quería que Sinsonte cantara solo para él y desde hacía tiempo planeaba capturarlo. Un día, lo siguió hasta su nido y descubrió que tenía tres pichoncitos que todavía ni tenían plumas. Entonces, pensó: "¡Esta es la mía!"
      Y cuando el ave fue en busca de alimento, Juan Pascual se llevó los pichones.
¡Qué tristeza al descubrir que sus crías estaban cautivas! Sinsonte se posó en la jaula y fue atrapada. Miró fijamente a su carcelero y dejó de cantar. Así fueron pasando los días sin siquiera probar alimento. Prefería morir antes de seguir cautivo. Era tanta su firmeza, que a Juan Pascual le dio miedo de que muriera y privarse así de su canto, entonces, abrió la jaula.
                   
¡Qué alegría!  Enseguida se escuchó su hermoso trino. 

Aquel guajiro comprendió que Sinsonte canta así de lindo porque es libre.

 ¡Libre en el lomerío! ¡Pero cuándo en una Cuba Libre! 

"El Sinsonte"
(Autor: Cástulo Gregorisch) 


Triste el canto del sinsonte
  que desde el monte me llama,
libre volar ya no puede,
han cercenado sus alas.
Escondido y temeroso
hace rato que no  canta,
por más que trata de hacerlo
sus notas suenan amargas.
Acosado y maltratado,
  esclavo en su propia patria,
  vive solo de recuerdos
de cuando libre volaba.
Cadenas de la injusticia
  de su corazón amarras,
  sus latidos limitados
  por los lazos de la infamia.
Al otro lado del mar 
 muriéndose de nostalgia,
 el colibrí y la cotorra
  sufriendo en tierras extrañas.
Convertida está su tierra
  en una miserable jaula
donde se mantienen presas
a las palmas y las cañas.
Un ruido ensordecedor 
  le llega de las montañas, 
  en blanca cabalgadura 
  la ansiada libertad baja, 
  el colibrí y la cotorra 
  vuelven a la tierra amada, 
  palmas y cañas se unen 
  en estrepitosa danza, 
  crecen alas al sinsonte, 
  libre vuela entre las ramas, 
  recobra su melodía, 
  linda balada nos canta,
¡Libre de nuevo el Sinsonte!
¡Libre de nuevo en mi patria!

Septiembre 19, 2014


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