lunes, 28 de julio de 2014

CADA UNO EN SU LUGAR

                                                       CADA UNO EN SU LUGAR


Por: Ariel Clavijo
La lucha por la libertad de Cuba se ha centrado en disimiles posiciones políticas: la que ejecutan los opositores dentro de la Isla y la que desarrollan los exiliados en lo que se conoce por la Capital del Exilio cubano. Existen ciertas diferencias que no se pueden eludir y la más importante de todas es la condición en que los cubanos oprimido, reprimidos y apaleados dentro de Cuba mantienen frente a la tiranía despiadada y criminal a la que se enfrentan día por día. Sin recursos económicos, sin materiales de información, sin transporte y sin alimentos ni trabajo. La otra cara de la moneda está representada por los que luchamos en el exilio, donde no nos falta una suculenta comida, las reuniones sociales, las peñas, Congresos, una prensa libre que recoge nuestras ideas de cómo debe derrocarse al tirano.

Nos sentimos en la libertad de escoger el método de lucha, que se debe hacer primero, si desechar la Constitución o escribir una nueva, aun sin conocer las condiciones de vida y lo que piensa nuestro pueblo que sufre día a día los rigores del tirano, el hambre, la miseria, las enfermedades, la represión y la burla que día a día emite el tirano en cada una de sus intervenciones para anunciar nuevas medidas económicas o políticas.
Nos sentimos en la libertad de emitir nuestro criterio sobre una lucha en la cual solo participamos moralmente mientras los golpes lo reciben quienes se enfrentan a la Seguridad del Estado y a los grupos de Respuesta Rápida. Cuando no somos capaces de sacar de nuestros bolsillos algunos dólares para cooperar con la lucha dentro de Cuba; para ayudar a la expansión de la ideología que puede contrarrestar a la del odio y el ateísmo implantada por los hermanos Castro. Cuando no somos capaces de asimilar las necesidades económicas y de recursos necesarias para continuar con la lucha pacífica contra la cruel tiranía.
Nos reunimos en flamantes salones en reconocidas instituciones mientras los miembros del Partido Unión por Cuba Libre son acorralados dentro de su sede política, apedreados, golpeados, detenidos, conducidos a las ergástulas de la Seguridad del Estado para ser interrogados por largas horas, conducidos a parajes inhóspitos y abandonados a su suerte, despedidos de sus trabajos y sin nada que ponerles en la mesa a sus hijos.
Es ridículo que continuemos de esa forma la lucha; es desigual, es inhumana, es cruel y no es patriótica; pero aplicamos la oración “Unos tienen y no pueden, otros pueden y no tienen; nosotros que tenemos y podemos, demos gracias al Señor”.
Si, así somos, los patriotas del exilio, los que lideramos la lucha desde un reclinable, los que no miramos las necesidades de los que verdaderamente se enfrentan al tirano, sin comida, sin zapatos, sin ropas, pero con la frente muy alta y la dignidad mambisa y con el verdadero interés de liberar la patria de la miseria en que está sumida.
Somos parte de la lucha pero debemos entender donde está la parte más importante de la lucha y quiénes son los que verdaderamente luchan, los que se exponen diariamente, los que sufren los rigores de la lucha, los que están cerca del tirano, los que reciben los golpes y sufren el hambre. Es tiempo de reconocer los meritos que ellos tienen, es tiempo de echar a un lado los lujos y los gastos innecesarios y brindar apoyo a quienes verdaderamente lo necesitan. La lucha es cruenta dentro de Cuba y se necesita de la logística del exilio. Dejemos que ellos dirijan la lucha pues son los que saben luchar contra el tirano, nosotros debemos apoyarlos y la patria sabrá recompensarnos por nuestra desinteresada ayuda.

LA PATRIA NOS NECESITA A TODOS Y TODOS DEBEMOS AYUDARLA PERO DEBEMOS SABER DONDE NUESTRA AYUDA ES MAS UTIL.

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